Las cosas pasan constantemente. Reseña de Fallen Angels.
La ciudad, las personas, los sonidos, el tren, los ruidos, los colores neón, la comida, la noche más viva que el día, la fumadera (cigarro tras cigarro) son temas característicos en Fallen Angels (1995), de Wong Kar-Wai. Hong Kong es el plano principal que se nos presenta como imagen-experimento, uno donde la historia no puede prescindir de la imagen, pero la imagen sí puede pasar por alto la historia.
Tres personajes principales: He Ziwu, mudo desde pequeño por haber ingerido piña enlatada caduca; Chi-Ming; y su asistenta, que está enamorada de él. Estos, mediante la fortuna o mala suerte de no pensar las cosas, chocan entre sí: sus vidas de una forma u otra se entrelazan. Chi-Ming es un sicario que no tiene tiempo y ganas de planificar su vida, por eso eligió su profesión de asesino a sueldo, para que le dijeran quien vive o quien no. He Ziwu, es el pícaro de la historia, un malandrillo chistosón, pero con una gran sensibilidad. Y la asistenta, sin nombre, de Chi-Ming, es el lado irremediablemente melancólico de esta obra. Entre ellos están de por medio, todo el tiempo, los afectos. La película retrata la vida y las peripecias de estos personajes -el amor, la tristeza, el odio, la pérdida, sin centrarse en ellos totalmente- sino en las acciones que el futuro les traerá y que les hará conectarse. El punto de choque entre las vidas de Ziwu, Chi-Ming y la asistenta parece ser absurdo, pero para la ciudad y las imágenes esto no es un obstáculo. De esta forma, veremos en esta obra cinematográfica tres caminos, tres vidas, que al final desembocarán en uno sólo: seguir viviendo, se entienda o no se entienda lo que pase.
La imagen que trata Wong Kar-Wai, más que a la continuación y conectividad de una historia fija, se enfoca en la forma y las posibilidades en que ésta puede avanzar sin forzar una explicación. Y, sobre todo, esta película no puede ser caracterizada como ‘de amor’; sino, más bien, como una crítica a los afectos, al pasar de las cosas, a lo que la vida de alguien más puede hacer en la de otro.
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